Primer capitulo!! (Flox)

Capítulo 1Los exorcistas (Allen, Kanda, Lavi, Lenalee, Miranda, Krory y Marie) estaban tirados en el suelo de una ciudad sin nombre, desalojada por un akuma de nivel tres con la capacidad de viajar en el tiempo. Allen intentó levantarse a duras penas para atacar con su inocencia al monstruo, pero este lo derribó de un solo golpe. Todos había caído, uno tras otro: Lenalee, Miranda, Krory, Marie, Lavi, Allen y Kanda, y ahora todo parecía perdido para ellos, cuando una luz brilló en el cielo. <<¿Estoy… Estoy muerto?>> Pensó Allen. Ni mucho menos. Lo que se les venía encima (pobres de ellos) era un Komurín versión sabeDioscual modelo sabeDioscual con Komui subido a él. Los pocos que quedaban conscientes levantaron la vista al cielo, y se quedaron con cara de preferir el Apocalipsis antes de lo que se avecinaba. El Komurín aterrizó con fuerza, y, del golpe, los hizo desmayar a todos. Despertaron en la enfermería, con la enfermera jefe gruñendo por lo bajo (“exorcistas descuidados, malditos ellos, que no piensan en nada, me pregunto qué narices tendrán en la cabeza, si es que tienen algo, por supuesto”) y el sol entrando a raudales por la ventana. El primero en despertarse fue el samurái japonés, con su buen humor habitual: -¿Qué coño ha pasado? ¿Cómo he llegado aquí? – se puso a gritar.-Tranquilízate – dijo la enfermera jefe, mientras intentaba suministrarle un calmante, para “ayudarle” con esa ardua tarea de sosegar los ánimos.Pero el japonés no era fácil de pillar. Se desasió de las garras de la enfermera, y salió en dirección a la cocina a desayunar su coba habitual. Podría estar herido, podría estar cabreado, pero era su desayuno, y su rutina, y eso no se lo quitaba ni Dios. -¿Eh…? – fue la primera palabra pronunciada por el joven bookman. -Quieto – pobre enfermera, no para de trabajar.El joven, que había tenido experiencias anteriores con la enfermera, hizo lo que le decía. Paulatinamente, los demás fueron despertando, y Kanda regresó también (bueno, la enfermera fue a por él, pero son tecnicismos… cosas sin importancia). Cuando Komui estuvo seguro de que estaban todos allí, fue a por ellos, y, bajo la mirada iracunda de la enfermera, logró llevárselos a su despacho, todos cubiertos de mantas menos Allen, Kanda y Lavi. -¿Qué pasa, hermano? – dijo Lenalee en voz baja, para no perturbar la paz de los pasillos.-Quiero que veáis algo – respondió Komui, con su cara de “soy-un-súper-científico-y-puedo-inventar-cualquier-cosa”. Al verla, un escalofrío recorrió la columna vertebral de todos y cada uno de los presentes -. ¿Recordáis el akuma que os atacó? – “¿CÓMO NO?” fue el pensamiento colectivo -. Bien, pues está en mi despacho.Todos dejaron andar solo a Komui unos metros.-¡¿QUÉ QUÉEEEEEEE?!-------------------------------------------Finalmente, llegaron a el despacho del chino, con MUCHO recelo, pero llegaron. En un tanque, semi oculto por las pilas de documentos por firmar, había un tanque con agua azul y el akuma que podía controlar el tiempo(si, si que podía). Todos retrocedieron instintivamente, incluso alguno enseñó los dientes cual animal salvaje. Komui se acercó al tanque y lo palmeó con ¿cariño? mientras los otro le miraban estupefactos.-¿A que mola? – dijo.- NO, NO MOLA NADA – dijeron todos a coro.El monstruo abrió los ojos, y rompió el tanque (que resultó estar lleno de agua azul tintada, no era ningún líquido especial). Todos salieron corriendo despavoridos. Menos Kanda. Kanda corrió elegantemente, y SOLO porque le apetecía. Yû Kanda no huía, Yû Kanda corría sin más, y solamente era una casualidad que fuera en dirección opuesta al monstruo. Con todo, nadie llegó muy lejos, y cuando el akuma explotó, las ondas alcanzaron a Lavi, Allen Kanda y Lenalee, y desaparecieron inmediatamente.-¿L-Lenalee? ¿Chicos? – dijo Komui.-¡¡UAAAAAAARG!! – fue la exclamación de Miranda.-… - fue todo lo que dijo Marie; aunque no hacía falta, su cara era un poema.Pese a todo, sus esfuerzos por encontrarlos fueron en vano. Ahora estaban muy lejos de allí.







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And here we are again. El primer capitulo. Espero que sea del agrado de los lectores.